En los últimos tiempos escuchamos hablar del fenómeno “Big Quit”y es que es normal que el ser humano se plante y revele ante un sistema que nos entrena desde bien pequeños a trabajar para vivir y no pensar más allá de esta creencia limitante haciéndonos esclavos del mundo laboral.
No hay lugar en el mundo donde no haya aparecido este movimiento que ha llevado a millones de personas en el planeta a renunciar a sus puestos de trabajo en busca de otros acordes a sus convicciones personales, a la necesidad de sanear el planeta o a tener una vida menos limitada a los sacrificios.
En Francia, según datos publicados por la Dirección de la Animación, la Investigación y los Estudios Estadísticos (DARES), durante el primer trimestre de 2022, unas 520.000 personas renunciaron a sus trabajos, de las cuales 469.000 tenían contratos fijos y asegurados. «Se trata de un nivel de dimisiones muy, muy alto», reconoce el organismo DARES que pertenece al Ministerio de Trabajo.(Funte: periódico digital Público).
Recientemente la pandemia trajo consigo despidos masivos en todo el mundo, la economía se detuvo y con ella también el trabajo mensual y el salario garantizado desde entonces miles de personas han optado por garantizarse a través de la independencia laboral sus medios de existencia.
Todo esto sumado a que la tecnología está reemplazando muchos puestos de trabajo debería de plantearnos preguntas como: ¿cuándo me tocará a mi? y asumir algunas decisiones tales como iniciar la búsqueda de alternativas a tu trabajo tradicional por si viene el sunami nos pille esta vez sabiendo surfear…
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